Juan Luis Guerra alegró la noche madrileña con sus grandes canciones
Era una tarde de viernes de Julio en Madrid.
Una tarde despejada aunque un poco menos calurosa, apenas 2 ó 3 grados, de lo que los últimos días nos había deparado el seco clima madrileño, pero que ya se notaban en el ambiente y era de agradecer.
La gente iba llegando a los alrededores del Barclaycard Center en la plaza de Felipe II y ya estaba todo listo. La seguridad en los exteriores revisaba que todo estuviera en orden y la gente iba entrando al recinto sin mucha prisa.
Tal era esto que el inicio del concierto se tuvo que retrasar unos minutos para que todo el mundo pudiera ocupar su localización sin problemas.
Aún sin telonero que amenizara la espera, la gente no se impacientó hasta que alrededor de las 21:50h aparecían sobre el escenario todos los miembros de la banda que lleva acompañando a Juan Luis Guerra durante muuuuchos años, y no son otros que los 4.40.
Se oscurecía el escenario, se iluminaban las pantallas digitales colgadas del ring del recinto y dentro de una cabina de teléfono se intuía la silueta de 2m de altura del cantante dominicano.
Era Cookies and cream, uno de los temas de su disco que da nombre a la gira Todo tiene su hora Tour, el que inauguraba el show.
Tras La Travesía llegaría el primer gran éxito de la noche con Ojalá que llueva café.
Juan Luis Guerra ya tenía a sus pies a los 15 mil espectadores que se dieron cita y no los perdería en toda la noche.
La llave, Mi bendición, continuarían hasta que llegaría un pequeño popurrí de salsas. La dedicada a su mujer, Nora mía, como bien protagonista.
Una a una las canciones iban sonando y el público apenas aprovechaba las canciones más lentas para estar unos minutos sentados y volver a ponerse de pie para bailar y disfrutar de todas las canciones.
Con El capitán, otro de los temas de su nuevo disco de estudio, el cantante dejaría el escenario por unos minutos y serían los miembros de 4.40 los protagonistas.
Comenzando por marcarse unos pequeños pasos de baile, hasta dejar solos de percusión con la güira como primer instrumento y posteriormente con Juan de la Cruz, conocido como Chocolate, con la tambora.
Tus besos, Para ti y Todo tiene su hora seguirían animando la noche con una continua mezcla de bachatas y merengues, los dos estilos clásicos del cantante.
Visa por un sueño marcaría un antes y un después durante el concierto para encarar la recta final con La guagua, el Niágara en bicicleta o Moca a París con un dueto virtual con Johnny Ventura, un gran merenguero dominicano.
Y llegó La bilirrubina. El exitazo que ha hecho moverse a varias generaciones y que sigue haciendo que su público vibre sin control.
Tras unos minutos de pausa, toda la banda y el artista volverían a Pedir su mano de todos los presentes y enlazarían un mix de bachatas que sacó todo lo que el público aún se guardaba dentro.
Quizá, desde fuera hubiera resultado mejor que Bachata rosa, Frío frío o Burbujas hubiera sido tocadas en plenitud y no en un formato corto y encadanadas entre ellas.
Y finalmente fueron Las avispas quienes cerraron el espectáculo.
Un tracklist para sus conciertos en España de 23 canciones, siendo varias de ellas unos popurrís, que no dejan que se escape ni quede fuera ninguna de esas canciones que todos antes de entrar están deseando oír.
Así lo mostraba todo el público al salir y con el viento algo refrescante que hacía en los alrededores del recinto, calmaban la energía con la que Juan Luis Guerra había hecho llenar los cuerpos de todos los allí presentes.
Juan Luis, ¿cuándo vuelves a Madrid? Esperemos que no tardes tanto como esta última vez.
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Fotos y texto: Juan Carlos García